Ácido fólico, folato activo y embarazo: lo que sabemos — y lo que aún no
Cuando estás embarazada o buscando un embarazo, probablemente te hayan aconsejado tomar ácido fólico. Esto se debe a que, históricamente, se ha demostrado que la suplementación con ácido fólico reduce el riesgo de defectos del tubo neural en el bebé.
Pero — como ocurre muchas veces en salud — hay debate sobre cuál es la “mejor forma” de folato (ácido folico sintético vs folato activo, también llamado “5‑MTHF”). Y la realidad es que no existen muchos estudios científicos de alta calidad en embarazadas que permitan afirmar con certeza cuál de las dos opciones es “mejor para todas”. Esto se debe a que hacer ensayos estrictos en mujeres embarazadas plantea dilemas éticos importantes — por eso la evidencia es limitada y las recomendaciones en suplementación dejan mucho que desear.
¿Por qué hay debate?
El ácido fólico sintético debe ser transformado por el cuerpo, a través de varias etapas, hasta convertirse en la forma activa que las células pueden usar.
En ese proceso intervienen enzimas, una de ellas codificada por el gen MTHFR. Se estima que una proporción de la población (alrededor del 40%) tiene variantes (polimorfismos) de ese gen que podrían hacer que la transformación sea menos eficiente.
Por eso para esas personas, tomar directamente folato activo (5‑MTHF) podría “saltarse” esa transformación y asegurar que las células reciban folato utilizable.
En personas que saben por un análisis genético que no tienen ese polimorfismo, es razonable continuar con ácido fólico convencional — no hay problema en ello.
Qué más conviene revisar
Si quieres personalizar aún más tu suplementación, puede tener sentido que la matrona o profesional sanitario pida en análisis:
Folato intra‑eritrocitario (una medida más estable de tu nivel real de folato en sangre).
Vitamina B12 (porque folato, B12 y otros nutrientes trabajan en conjunto).
Homocisteína plasmática (ya que un exceso puede estar relacionado con algunos riesgos).
Homocisteína elevada: por qué importa
La homocisteína es un aminoácido cuyo metabolismo depende en parte de folato (y B12, entre otros nutrientes). Si los niveles de folato o B12 son bajos — o si hay dificultades en la conversión metabólica — la homocisteína puede acumularse. Tener homocisteína elevada durante el embarazo se ha asociado, en muchos estudios, con un mayor riesgo de situaciones como:
Problemas en la placenta — lo que puede influir en su buen funcionamiento.
Riesgo mayor de hipertensión en el embarazo, como preeclampsia.
Restricción del crecimiento fetal (bebés con bajo peso al nacer o crecimiento reducido).
Complicaciones vasculares, alteraciones en la circulación placentaria, lo que puede aumentar riesgo de complicaciones.
Por eso, revisar homocisteína y corregir deficiencias de folato/B12 puede ser una medida razonable de prevención en ciertos casos — sobre todo si hay antecedentes (problemas previos, abortos, complicaciones, etc.).
Plausibilidad de la suplementación con folato activo
Aunque todavía no hay estudios definitivos que prueben que el folato activo reduce riesgos clínicos específicos, la idea tiene base biológica y es plausible: asegura que el folato llegue a su forma activa en el organismo, especialmente en personas con polimorfismos MTHFR. Además, no se ha demostrado que cause daño, por lo que usar folato activo en estas situaciones se considera seguro y razonable.
Conclusión honesta: lo que se puede hacer hoy
No hay certezas absolutas: aún faltan estudios grandes, bien diseñados y éticos en embarazadas que comparen ácido fólico vs folato activo y analicen resultados perinatales como preeclampsia, crecimiento fetal o abortos.
La suplementación estándar (ácido fólico 400–500 µg antes y al inicio del embarazo) sigue siendo la recomendación más aceptada y probada para prevenir defectos del tubo neural.
Para mujeres que quieren personalizar su suplementación, especialmente si tienen antecedentes, puede tener sentido:
Analítica con folato eritrocitario, B12, homocisteína.
Si hay niveles bajos o homocisteína elevada, contemplar uso de folato activo (5‑MTHF).
Si conocen su genotipo y no tienen polimorfismo MTHFR, pueden usar ácido fólico sin problema.
Dieta rica en folatos naturales y cofactores, estilo de vida saludable.
Sobre todo: informar con transparencia, explicando lo que se sabe, lo que es hipotético y las medidas razonables de prevención.
Artículos recomendados para profundizar
Samaniego‑Vaesken ML et al., 2024 Supplementation with Folic Acid or 5‑MTHF Diferencias entre ácido fólico y folato activo; biodisponibilidad y necesidad de estudios clínicos.
Hekmatdoost A. et al., 2015 Methyltetrahydrofolate vs Folic Acid in Women with Recurrent Abortion Ensayo clínico comparando 5‑MTHF y ácido fólico en mujeres con abortos recurrentes; resultados bioquímicos, no conclusivos sobre desenlaces obstétricos.
Dai C., 2021A Novel Review of Homocysteine and Pregnancy Complications Revisión sobre relación de homocisteína elevada con preeclampsia, restricción de crecimiento y abortos.
Guillén‑Navarro M. et al., 2001 Prevalencia de polimorfismo MTHFR en población española. Referencia poblacional sobre frecuencia del polimorfismo.
Huaixing Cui et al., 2023 Maternal Folic Acid SupplementationRevisión de suplementación materna y efectos en embarazo.
Lyazzat Kaldygulova et al., 2023 Biological Role of Folic Acid in Pregnancy and Possible Therapeutic Application for the Prevention of Preeclampsia. Revisión narrativa sobre mecanismo de acción del folato y posible efecto sobre preeclampsia.
Klaus Piertzik et al., 2023 Folic Acid and L-5-Methyltetrahydrofolate. Comparación bioquímica y farmacocinética entre folato activo y ácido fólico.
Enrico Ferrazzi et al., 2015 Folic versus 5-Methyltetrahydrofolate Supplementation in Pregnancy. Estudio que analiza diferencias de suplementación en embarazo; bioquímica y resultados clínicos preliminares.
Además os recomiendo este artículo de Naza super extenso sobre el ácido fólico activo.